10 Claves para un pitch que nadie olvidará
Imagina esto: tienes 3 minutos, una sala llena de miradas expectantes y una sola oportunidad.
¿Sabrías qué decir —y sobre todo, cómo decirlo— para que te recuerden cuando salgas del escenario?
Aquí va la verdad incómoda: un pitch ganador no es solo tener una idea brillante. Es saber contarla de forma que nadie quiera mirar el móvil mientras hablas. Suena simple, pero no lo es. Para lograrlo necesitas dominar dos elementos que siempre van de la mano: lo que dices y cómo lo dices.
1. El contenido es tu código fuente
Creer en tu proyecto es el mejor punto de partida. Pero seamos honestos: para que otros también crean, necesitas más que entusiasmo desbordante. Necesitas estructura.
Aquí entra el método STAR, tu mejor aliado para ordenar ideas y construir una narrativa que conecte de verdad:
Situation: El contexto del problema
Task: El desafío específico
Action: Tu solución (aquí brillas)
Result: El impacto tangible
Takeaway: El mensaje clave que quieres que se lleven
Este método lleva a tu audiencia del clásico "¿y a mí qué?" al "necesito esto ahora".
Transformar tu visión en una historia con lógica y dirección no es una tarea imposible si sigues este mapa.
Problema, oportunidad, solución, impacto y acción. Así de simple.
2. Simplifica para reducir el esfuerzo cognitivo
Lo primero: tu público no está en modo "Quiero saber más". Están en modo "distracción máxima", pensando en mil cosas mientras tú hablas.
Cada dato innecesario, cada bloque de texto de más, es un ladrillo que construye un muro mental entre tu mensaje y su atención. Así que corta sin piedad. Elimina todo lo que no aporte valor directo a tu propuesta.
La ecuación es simple: Menos información + Más claridad = Mayor impacto.
3. Diseño visual: piensa en arquitectura
Tu presentación debe ser una guía para ti, no tu guión de teleprompter. Si estás leyendo palabra por palabra, se nota y se ve fatal.
Diseña jerarquías claras, deja espacios en blanco (sí, el vacío también comunica), limita cada slide a una sola idea y asegúrate de que todo se lea incluso desde la última fila del auditorio.
Para la audiencia, las diapositivas son un refuerzo de las ideas que escuchan. Los números, gráficos y porcentajes siempre serán tus mejores aliados. Un dato visual impacta más que mil palabras.
La regla de oro: apóyate en un diseño limpio, visual y coherente. Tu forma también comunica.
4. Identidad visual coherente
Si el diseño no es lo tuyo (tranqui, no a todos nos tocó ese talento), usa esta regla básica:
3 colores, 2 tipografías.
Una tipografía para titulares
Otra para el contenido
¿Necesitas ayuda extra? Usa plataformas como Canva o Google Slides. Selecciona una plantilla de fondos prediseñados que te identifique y sigue su estructura.
Unifica el estilo de los iconos y las fotos. El batiburrillo visual nunca, nunca, ha dado buenos resultados.
Recuerda: La coherencia visual es el branding silencioso.
5. Cierra con un CTA que deje huella
Un pitch sin llamada a la acción es como una película sin final: deja al público confundido y sin saber qué hacer después.
Así que termina con una frase potente y una acción clarísima: invertir, asociarse, contactarte, probar tu producto... lo que sea, pero guíalos al siguiente paso. No asumas que sabrán qué hacer. Díselo.
Recuerda: ser proactivo siempre abre más puertas, que esperar a que te las abran.
6. Presencia escénica: canaliza los nervios
Hagamos las paces con una verdad: los nervios no se eliminan. Se canalizan.
Antes de subir al escenario:
Respira profundo (prueba la técnica 4-4-4: inhala 4 segundos, mantén 4, exhala 4)
Activa tu cuerpo: salta, mueve los brazos, suelta la tensión.
Visualiza cada parte de tu presentación antes de subir a escena.
Cuando estamos nerviosos tendemos a contener la respiración sin darnos cuenta. Pero el cerebro necesita oxígeno, y los músculos también. Respira conscientemente y verás cómo todo comienza a fluir.
La clave: No se trata de ocultar los nervios, sino de transformarlos en energía que proyecte energía y seguridad.
7. Tu imagen habla antes que tú
Antes de abrir la boca, ya estás comunicando.
Tu apariencia no es vanidad superficial. Es coherencia entre lo que eres, lo que representas y lo que quieres transmitir. No necesitas disfrazarte, pero sí alinearte.
Pregúntate antes de salir: ¿Cómo quiero que me perciban?
8. Sácale provecho a tu voz
El micrófono es tu aliado, no tu enemigo. Sujétalo firme, mantenlo a unos 10-15 cm de tu boca y en paralelo.
Evita el temido "popeo" (ese golpe de aire molesto), modula tu tono y, aquí viene lo importante: usa pausas con intención.
El silencio no es tu enemigo. Una pausa bien colocada, permite que las ideas respiren y eleva tu discurso.
Ah, y no olvides hidratar tu garganta antes de subir. Parece obvio, pero en el momento se nos olvida.
9. Muévete con propósito
Camina con intención, no por ansiedad. Usa las manos para enfatizar tu mensaje, no para esconderte.
Analiza el espacio antes de empezar y ubícate en el centro. Define un pequeño radio de movimiento que te permita mantener el control visual y emocional sin parecer un tigre enjaulado.
Recuerda: La expresión corporal es una herramienta potentísima para comunicar. Puede jugarte a favor... o en contra.
10. Practicar no basta: hay que entrenar
Aquí va la diferencia clave: ensayar no es lo mismo que entrenar.
Tu plan de entrenamiento debería ser:
Grábate en audio y escucha tu ritmo, tus muletillas, tus pausas
Grábate en video para revisar tu lenguaje corporal
Busca público real (amigos, familia, compañeros) y pide feedback honesto
Si estás en la comunidad de Tetuan Valley, aprovecha las sesiones de Pitch & Feedback, su dinámica “de la casa”. Escuchar opiniones distintas te ayudará a pulir tu mensaje desde ángulos que no habías considerado.
Si aún tienes dudas, valida con tu mentor de cabecera. Pero sobre todo: confía en tu criterio y en la esencia de tu proyecto.
Una última reflexión
Los mejores pitches no suenan a presentación corporativa. Suenan a conversaciones apasionadas sobre algo que realmente importa.
Y ahí, precisamente en esa conexión auténtica, es donde ocurren los "sí", las alianzas y las oportunidades que lo cambian todo.
Así que ya sabes: la próxima vez que tengas la oportunidad de subir a un escenario, sal a por todas. Con estructura, con pasión y con estas 10 claves en tu tool kit.
Bonus track: Andrew Stanton, el director de la película WALL-E, lo resume perfecto: "Make me care". Ese es el trabajo número uno de tu pitch.
Mientras tanto, ahora te toca a ti: ¿Cuál de estos 10 puntos te cuesta más dominar? Cuéntalo en los comentarios. Compartir nuestros desafíos es el primer paso para superarlos.
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